De acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), México es el segundo país de América Latina con mayor estrés hídrico, pues no sólo el 70% del territorio se encuentra en una zona árida o semiárida, sino también debido a factores como el cambio climático, el crecimiento de la población y la agricultura intensiva.
El estrés se ve reflejado en la disponibilidad de agua, que ha ido disminuyendo con el paso del tiempo. Datos del Banco Mundial indican que la disponibilidad promedio por habitante pasó de 10,000 m3 de agua en 1960 a solo 4,000 en el año 2012.
Y se espera que esta tendencia se mantenga, pues se estima que la disponibilidad para el 2030 sea de sólo 3,000 m3 de agua al año por persona.
Indicadores como la Huella Hídrica, una medida para determinar la cantidad de agua utilizada en todos los productos que consumimos, permiten identificar cómo se distribuye el uso del agua. Y esto, a su vez, permite identificar y aplicar estrategias para reducir el consumo.
La manera en la que se consume el agua en México actualmente es:
- Sector de la agricultura, ganadería y acuacultura: 76%
- Abastecimiento público: 15%
- Industria autoabastecida: 5%
- Centrales termoeléctricas: 4%
De los sectores mencionados anteriormente, el sector industrial ha incrementado su consumo de forma constante. La preocupación no radica solo en el incremento del volumen consumido, también en la descarga de aguas residuales, ya que implica la contaminación de cuerpos de agua superficiales.
Además de la gestión y sostenibilidad, es necesario considerar la huella hídrica como un elemento importante en la competitividad de las industrias. La estrategia radica en el tratamiento y uso del agua, constituyendo una oportunidad para abordar la escasez y establecer un plan de consumo circular para el agua.
Beneficios del Tratamiento de aguas residuales
En este sentido, las plantas de aguas residuales contribuyen a minimizar el desperdicio. Gracias al avance tecnológico y al desarrollo de este sector, es posible alcanzar una calidad de agua conforme a la NOM-001-SEMARNAT-2021. Esta Norma Oficial, de carácter obligatorio, tiene como fin proteger, conservar y mejorar la calidad del agua.
Esta Norma, también busca asegurar el tratamiento de aguas residuales y utilizar el agua tratada para usos industriales.
El tratamiento de aguas residuales aporta diversos beneficios para las estrategias de sostenibilidad y la economía de las industrias, entre las que destacan:
- Disminuye la dependencia de otras fuentes de agua.
- Produce agua reutilizable.
- Reduce la producción de residuos.
- Protección de recursos hídricos.
- Reduce la contaminación del aire.
- Recuperación de recursos importantes como agua, energía y nutrientes.
El objetivo principal de tratar y reutilizar el agua es establecer un ciclo que permita disminuir la extracción de fuentes de suministro y limitar las descargas de agua contaminada. Este enfoque abarca aspectos de sustentabilidad, gestión hídrica y economía circular.
Con estas medidas, México tiene el potencial de destacar en la innovación para industrias sostenibles y reducir el estrés hídrico. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer en materia de educación ambiental y en una implementación legislativa efectiva en el sector.
